
- Desde luego... este hombre es un explotador y no tiene ninguna consideración por el niño. Él va tan a gusto encima del animal mientras su pobre hijo debe andar kilómetro tras kilómetro.
El padre, al escuchar el comentario le dijo a su hijo que se montara en el burro. Al poco de caminar, se cruzaron con otros campesinos, los cuales al verles pasar dijeron:
- Que falta de respeto... Mira el niño, tan joven y deja que su anciano padre vaya a pie en lugar de cederle el sitio para que descanse.
El padre oyó lo que comentaban de manera que le dijo a su hijo que se montaran los dos en el burro, convencido de que así se acabarían las maledicencias. Pero a los pocos kilómetros se cruzaron con un grupo de mujeres, las cuales les dedicaron una reprobadora mirada y las oyeron susurrar:
- Pobre animal... tiene que cargar con esos dos pesados fardos cuando uno de ellos podría ir a pie sin problemas.
El padre, al escuchar el comentario decidió que tanto él como su hijo se bajaran del animal. Al llegar al pueblo al que se dirigían, algunos habitantes les miraban con una sonrisa. A su paso les oían reir entre dientes mientras se decían:
- ¡Que tontos! Tienen un fuerte animal que les podría llevar fácilmente y en cambio caminan a su lado malgastando sus energías.
...
Esta pequeña fábula nos enseña que, en ocasiones, hagamos lo que hagamos no existe una solución completamente correcta. Debemos estar preparados para las críticas ya que resulta imposible contentar a todo el mundo.
1 comentario:
fu3 la gallina obvio..!!
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