domingo, 19 de mayo de 2019

La soledad del autónomo

Los trabajadores autónomos viven en un mundo paralelo. Tienen la innegable ventaja de ser su propio jefe, pero muchas veces en realidad lo que sucede es que tienen cientos de jefes distintos. Tantos como clientes.

Un país que no cuida a los autónomos no puede ir bien. Profesionales sin horario y a los que se exprime sin miramientos por parte de la administración.



No hay paro. Si no te va bien, allá tú.
No hay sueldo fijo. Tanto trabajas, tanto ingresarás (o no).
No hay vacaciones. Los autónomos no cobran si necesitan descansar. Cierran un par de semanas al año y ya.
No hay horarios. Tú decides cuando trabajas... Suena bien pero si quieres pagar deudas se suele traducir en jornadas interminables y algun finde.
No tienen baja. Si estás enfermo pero puedes arrastrarte al lugar de trabajo, seguro que irás.
No tienen pensión digna. Si para un asalariado esto ya es complicado, para un autónomo que esté en la base de cotización mínima la pensión que le quedará es de risa. Aún asesorándole bien para incrementarla los últimos años.
No son nada como colectivo. Si una multinacional X quiere echar a 100 trabajadores saldrá en las noticias y si hace falta irá el ministro en persona. ¿Sabes cuántos autónomos dejan su trabajo cada día?

Por eso propongo cambiar el nombre de trabajador autónomo por el de trabajador solitario antisocial. Autonomía es depender de uno mismo. Lo del autónomo es pura soledad administrativa y abandono social.

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