viernes, 7 de marzo de 2008

Cuando se cruzan politica y ciencia

Hacía mucho tiempo que no actualizaba el blog, pero el otro día vi por la televisión a un político que no dudó en utilizar argumentos "sentimentales" para diferenciar dos idiomas y, de paso, asegurarse un buen número de votos.

En este caso estoy hablando del absurdo debate generado desde el PP acerca de la necesaria diferenciación de los idiomas valenciano y catalán. Como diría Jack el destripador: "vayamos por partes".

Los políticos siempre buscan el voto, ya sea mediante el uso del halago empalagoso como del uso del engaño y la manipulación. Pero lo que no es admisible, bajo ningún concepto, es que la política se oponga a hechos plenamente consensuados por la comunidad científica. El valenciano es un dialecto del catalán, del mismo modo que el balear es un dialecto del catalán o el catalán que hablan en Barcelona es un dialecto del catalán llamado "catalán central". Hay cosas que son discutibles, otras no. A nadie se le ocurriría discutir la ley de la gravedad. Ya no estoy tan seguro. En el mismo momento en el que algún número de votantes potenciales detesten la ley de la gravedad habrá un partido que la utilice para obtener votos. Y es que parece que algunos sólo conocen la estrategia de "divide y vencerás".

Esto ha ocurrido en los avanzados EEUU, donde en varios estados se impide por ley enseñar a los niños en las escuelas la Teoría de la Evolución. En un acto de conservadurismo que roza el empecinamiento irracional, los políticos han decidido que un hecho científico no es de su agrado y, de un plumazo, lo borran de los intelectos de futuras generaciones de norteamericanos. Y, para rizar el rizo, se les ocurre que podrían suplantar el grandioso descubrimiento de Darwin por la siempre demostrable y elocuente teoría del Génesis que dice que Dios nos creó a su imagen y semejanza.

La política debería ser un instrumento para avanzar todos unidos. 
No un instrumento para gobernar, enriquecerse y retroceder siglos en el tiempo. 

De todas formas, todo esto tiene una clara ventaja y es que en mi Currículum Vitae van a aparecer un sinfín de idiomas que domino casi a la perfección: Uruguayo, Argentino, Andaluz, Madrileño, Mexicano, Cubano, etc.

Ya os dije que no quería tocar temas políticos, pero cuando la política me toca a mí.

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